El momento clave que da comienzo al Día de la Escarapela sucedió en 1812, cuando tras el anhelo de distinguirse del ejército invasor realista, Manuel Belgrano estableció su utilización.
En la ciudad de Rosario, el 13 de febrero de ese año, el mismo general le solicitó al Primer Triunvirato que le diera el visto bueno al uso de la escarapela con los colores celeste y blanco para las tropas de las Provincias Unidas del Río de La Plata.
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