Lidiar con personal de salud con falta de empatía es una experiencia dolorosa, sobre todo cuando se trata de niños ya que están enfrentando una batalla muy difícil.
Los niños sienten todo: el tono, la tensión, la dureza. Tu presencia firme y tranquila los protege emocionalmente.
A veces, el personal de salud está saturado emocionalmente o bajo presión, pero eso no se justifica.
El maltrato no solo duele en el momento, deja huellas.
También es importante decirlo: hay personal de salud maravillosa
Agradecerles y hacerles saber lo valioso que es su trato compasivo, puede fortalecer una cultura de buen trato y motivarlos.
🧡 Reflexión final
Ninguna familia debe tolerar el maltrato durante una etapa tan vulnerable. Alzar la voz con respeto es una forma de amor y protección.
Valientes Guerreros 💛🎗️

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